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LA INFLUENCIA DEL USO DE PRODUCTOS QUIMICOS DE LIMPIEZA EN EL CAMBIO CLIMÁTICO

El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Se trata de un fenómeno global que afecta a todos los aspectos de la vida en el planeta, desde la biodiversidad y los ecosistemas hasta la salud y el bienestar de las personas. Entre las causas del cambio climático se encuentran las emisiones de gases de efecto invernadero, que provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura. Sin embargo, hay otras fuentes de emisiones que a menudo pasan desapercibidas, como el uso de productos químicos de limpieza en los hogares.

LA CONTAMINACION EN CASA
Los productos químicos de limpieza son aquellos que se utilizan para limpiar y desinfectar superficies, ropa, vajilla y otros objetos en el ámbito doméstico. Estos productos pueden contener sustancias tóxicas, corrosivas, irritantes, alergénicas o inflamables, que pueden afectar a la salud de las personas y de los animales, así como al medio ambiente. Algunos de los componentes más habituales de los productos químicos de limpieza son el cloro, el amoníaco, el fosfato, el etoxilato de alquilfenol, el triclosán, el formaldehído, el hipoclorito de sodio, el peróxido de hidrógeno y los compuestos orgánicos volátiles (COV).
Estos productos químicos de limpieza tienen una influencia negativa en el cambio climático por varias razones:
• Generan emisiones de gases de efecto invernadero durante su producción, transporte, uso y eliminación. Por ejemplo, el cloro y el amoníaco son gases que contribuyen al calentamiento global. Los COV son gases que reaccionan con el oxígeno y forman ozono troposférico, que es un gas de efecto invernadero muy potente y dañino para la salud. El formaldehído es un gas que también contribuye al cambio climático y al smog urbano.
• Consumen recursos naturales y energía, lo que implica una mayor huella ecológica. Por ejemplo, el cloro se obtiene mediante la electrólisis de la salmuera, un proceso que consume mucha electricidad. El fosfato se extrae de las rocas fosfóricas, un recurso no renovable. El etoxilato de alquilfenol se deriva del petróleo, una fuente de energía fósil y contaminante.
• Contaminan el agua, el suelo y el aire, lo que afecta a la calidad y disponibilidad de estos recursos vitales. Por ejemplo, el cloro y el amoníaco pueden formar compuestos cancerígenos al reaccionar con la materia orgánica del agua. El fosfato provoca la eutrofización de los cuerpos de agua, lo que reduce el oxígeno y la biodiversidad acuática. El etoxilato de alquilfenol es un disruptor endocrino que altera el equilibrio hormonal de los seres vivos. El triclosán es un antibacteriano que genera resistencia a los antibióticos y afecta al sistema inmunológico.
Según un estudio de la Universidad de Maastricht, el uso de productos químicos de limpieza en los hogares de la Unión Europea genera unas emisiones de 8,3 millones de toneladas de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones de 3,5 millones de coches1. Además, según otro estudio de la Universidad de Alicante, el uso de productos químicos de limpieza en los hogares españoles consume unos 2.500 millones de litros de agua al año, lo que supone un gasto de 25 millones de euros2.
Estos datos muestran la necesidad de reducir el uso de productos químicos de limpieza en los hogares y optar por alternativas más ecológicas y sostenibles, que no solo contribuyan a mitigar el cambio climático, sino también a mejorar la salud y el bienestar de las personas y del medio ambiente.

ALTERNATIVAS A LOS QUÍMICOS
Una de estas alternativas es el uso de sistemas de limpieza ecológicos con ozono, que consisten en generar ozono mediante una corriente eléctrica y aplicarlo al agua o al aire para limpiar y desinfectar. El ozono es un gas que tiene un gran poder oxidante, capaz de eliminar el 99,9% de los microorganismos, como virus, bacterias, hongos y ácaros, así como los malos olores y las manchas. El ozono no deja residuos químicos, ya que se descompone en oxígeno, y no genera emisiones de gases de efecto invernadero.
Los sistemas de limpieza ecológicos con ozono tienen múltiples ventajas para el hogar y el medio ambiente, como:
• Ahorran agua, energía y dinero, ya que no requieren el uso de detergentes, suavizantes, lejía u otros productos químicos de limpieza. Por ejemplo, se puede lavar la ropa con agua fría y ozono, lo que reduce el consumo de agua y electricidad, y alarga la vida útil de las prendas. También se puede limpiar el suelo, los muebles, los baños, la cocina y otras superficies con agua ozonizada, lo que evita el uso de cubos, fregonas, bayetas y otros utensilios de limpieza.
• Protegen la salud, ya que eliminan los alérgenos, los patógenos y los contaminantes que pueden causar enfermedades respiratorias, infecciosas, alérgicas o dermatológicas. Además, evitan la exposición a sustancias tóxicas, corrosivas, irritantes o inflamables que pueden afectar a la piel, los ojos, las vías respiratorias o el sistema nervioso.
• Cuidan el medio ambiente, ya que no generan residuos plásticos ni contaminan el agua, el suelo o el aire con sustancias químicas. Además, al reducir el consumo de agua y energía, contribuyen a mitigar el cambio climático y a preservar los recursos naturales.
Para aprovechar todos los beneficios de los sistemas de limpieza ecológicos con ozono, es importante elegir un sistema de calidad, que garantice la seguridad, la eficacia y la durabilidad del mismo. Algunos aspectos a tener en cuenta son:
• La capacidad de producción de ozono, que debe ser suficiente para el volumen de agua o de aire que se quiere tratar. Por ejemplo, para una lavadora de 8 kg se recomienda un sistema que produzca al menos 400 mg/h de ozono.
• La pureza del ozono, que debe ser lo más alta posible para evitar la formación de subproductos indeseados. Por ejemplo, se debe evitar el uso de aire comprimido o de oxígeno industrial, que pueden contener impurezas, y optar por sistemas que generen el ozono a partir del oxígeno del ambiente o de fuentes puras.
• La calidad de los materiales, que deben ser resistentes a la corrosión y al desgaste, y cumplir con las normas de seguridad y calidad. Por ejemplo, se debe evitar el uso de plásticos o metales que puedan liberar sustancias nocivas al contacto con el ozono, y optar por sistemas que usen acero inoxidable, cerámica, vidrio o teflón.
• La garantía y el servicio técnico, que deben ofrecer una cobertura adecuada y una atención personalizada. Por ejemplo, se debe elegir un sistema que tenga al menos dos años de garantía y que cuente con un servicio técnico cercano y profesional.
En conclusión, el uso de productos químicos de limpieza en los hogares tiene una influencia negativa en el cambio climático, ya que genera emisiones de gases de efecto invernadero, consume recursos naturales y energía, y contamina el agua, el suelo y el aire. Una alternativa más ecológica y sostenible es el uso de sistemas de limpieza ecológicos con ozono, que ahorran agua, energía y dinero, protegen la salud y cuidan el medio ambiente. Para elegir un sistema de limpieza ecológico con ozono, es importante tener en cuenta la capacidad de producción de ozono, la pureza del ozono, la calidad de los materiales, la garantía y el servicio técnico. De esta forma, se podrá disfrutar de un hogar limpio, saludable y sostenible.

 

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